Macaco de Assam
Tailandia
Budismo
Príncipe
Alemán (idioma)
Perú
Ultramar
Colin,
el Macaco de Assam de ultramar
Hace tan sólo un par de años se
encontraba Colin, un Macaco tailandés descansando con su madre en lo alto de
unos árboles. Colin había vivido toda su vida, unos largos 3 años,en la isla de
Phi Phi Don en Tailandia, junto con su
familia y el resto de la manada de macacos, y estaba cansado de su rutinaria
vida de plátanos y turistas.
El macaco decidió tomar acción, y
le dijo a su madre que quería explorar Tailandia, a lo más el continente
Asiático o continentes en ultramar. Así fue como partió su repentino
viaje como explorador.
Partió recorriendo la isla Phi Phi, ya que
poco conocía de esta. Su primera parada fue Maya Bay, una popular bahía, en
donde no encontró amigos macacos, sólo turistas. Decidió pasar la noche ahí
para buscar comida, ya que estaba hambriento.
La pasaron muy bien, jugando entre
los árboles, también a la orilla de la playa en los días cuando habían pocos
turistas, y se volvió budista gracias a sus amigos que lo influenciaron con sus
creencias.
Cuando decidió que era tiempo de
seguir con su viaje, le propuso a sus amigos para que viajaran con él, a lo
cual varios accedieron.
Juntos cruzaron las fronteras de
Tailandia durante varios días en barco, hasta llegar a las playas de Malasia,
en Kuala Lumpur para ser exactos, en donde conocieron al príncipe Macaco del
país, el cual extrañamente hablaba Alemán.
El les sugirió que viajaran a Perú,
a las ciudades donde se desarrolló el imperio incaico, o quizás a la selva,
donde podían conocer a varios monos.Así fue como viajaron por ultramar hacia
Perú. Fue un viaje muy largo, que duró varios meses. Viajaron a través del
océano Índico y Pacífico, con buena y sobre todo mala marea. Pararon en varios
lugares como Indonesia, entre otros.
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Su primera parada fue Machu Picchu,
la base del antiguo imperio incaico, en
donde se encontró con varios turistas y caminó mucho, ya que el lugar
era inmenso. Se quedó pocos días ahí, y luego se fue hacia el noreste, en las fronteras
de Perú con Brasil, a las selvas amazónicas.
Después de un extenso viaje de
alrededor de dos años, sintió que ya era hora de regresar a su casa, con su
familia y amigos macacos, a los cuales extrañaba mucho, al igual que las playas
de agua cristalina y arena limpia y clara de su país, Tailandia.
Así fue como Colin, pasó de ser un
macaco tailandés sedentario, a ser uno universal y aventurero.
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